¿Puede un hombre tener confianza en sí mismo sin ser arrogante?
En una cultura que a menudo confunde la arrogancia con la fortaleza, el hombre cristiano tiene una vocación más elevada: la confianza arraigada en Cristo, no en el yo. Las Escrituras pintan un vívido contraste entre los orgullosos, que tropiezan por su propio peso, y los fieles, que se mantienen firmes en la verdad de Dios. Como hombres de fe -jóvenes o experimentados- estamos llamados a encarnar una confianza que refleje a Jesús, no la fanfarronería del mundo. He aquí cinco características bíblicas de un hombre cristiano seguro de sí mismo que camina humildemente ante su Dios.
1. Un hombre seguro de sí mismo conoce su identidad en Cristo
Un hombre seguro de sí mismo no necesita demostrar su valía porque sabe quién es en Cristo. Efesios 2:10 declara, «Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras». No se trata de un alarde de sus propias capacidades, sino de una tranquila confianza en el designio de Dios. A diferencia del hombre arrogante, que construye su identidad sobre los logros o los aplausos, este hombre descansa en ser «el elegido de Dios» (Colosenses 3:12). Afronta cada día con seguridad, no con ansiedad, porque su valor está seguro en las manos del Creador.
2. Un hombre seguro de sí mismo sirve sin buscar protagonismo
Jesús dijo, «El Hijo del Hombre no ha venido a ser servido, sino a servir» (Marcos 10:45). Un hombre cristiano seguro de sí mismo sigue este ejemplo, elevando a los demás en lugar de clamar por atención. La arrogancia exige reconocimiento; la confianza lo regala. Ya sea orientando a un hermano menor en la fe o apoyando a su familia, sirve con fuerza y humildad. Piensa en José, que llegó al poder en Egipto, pero lo utilizó para salvar vidas, no para enseñorearse de ellas (Génesis 45:5). Su objetivo es la gloria de Dios, no la suya propia.
3. Un hombre seguro de sí mismo dice la verdad con gracia
Proverbios 16:24 dice «Las palabras amables son como un panal de miel, dulzura para el alma y salud para el cuerpo». El hombre seguro de sí mismo habla con valentía cuando la verdad lo exige, pero templa sus palabras con amor. Construye, a diferencia de los arrogantes, que esgrimen las palabras para herir o impresionar. Pablo modeló esto en Efesios 4:15, «hablando la verdad con amor». Tanto si corrige a un amigo como si comparte su fe, no tiene miedo y es amable, confiando en que Dios actúe a través de su testimonio.
4. Un hombre seguro de sí mismo se mantiene firme sin pavonearse
Daniel se enfrentó al foso de los leones con una resolución inquebrantable, no con el pecho hinchado (Daniel 6:10). Un cristiano seguro de sí mismo se mantiene firme en las pruebas porque su fundamento es Cristo, no las circunstancias. El Salmo 1:3 lo compara con «un árbol plantado junto a corrientes de agua». inquebrantable ante las tormentas. La arrogancia se pavonea para enmascarar la inseguridad; la confianza se mantiene firme en la fe. No se encoge ante los retos ni se jacta de las victorias: simplemente confía en la fuerza de Dios para salir adelante.
5. Un hombre seguro de sí mismo adopta la debilidad como fortaleza
El mundo se burla de la debilidad, pero el hombre cristiano seguro de sí mismo sabe que no es así. Pablo escribió, «Cuando soy débil, entonces soy fuerte» (2 Corintios 12:10). Admitir los defectos no le disminuye; señala el poder de Cristo. Mientras que el arrogante oculta sus luchas, este hombre las lleva a Dios, encontrando la gracia en la entrega. No es perfecto, pero se está perfeccionando, y esa seguridad le permite dirigir, amar y vivir sin pretensiones.
El contraste en acción
Imagínate a dos hombres: uno alardea de su último negocio, buscando elogios; el otro ayuda discretamente a un vecino en apuros, sin esperar nada a cambio. La confianza del arrogante se derrumba cuando su estatus se desvanece; la del cristiano perdura porque está anclada en la eternidad. Gálatas 2:20 lo resume: «Ya no vivo yo, sino que es Cristo quien vive en mí». Ésa es la fuente: Cristo, no el yo.
He visto esta transformación de primera mano. Un amigo, antaño ruidoso y ensimismado, tocó fondo. Mediante la oración y las Escrituras, cambió el orgullo por la paz. Hoy es un líder, no gritando, sino sirviendo. Ése es el poder de una identidad centrada en Cristo.
Vivir estas características
¿Cómo crecemos en esto? Empieza con la Palabra: deja que el Salmo 139:14 te recuerde que estás «temerosa y maravillosamente hecha». La oración es un acto de humildad y te dará valor. Rodéate de hombres que te afilen (Proverbios 27:17). Luego sal a la calle -sirve, habla, mantente en pie- sabiendo que Dios te equipa para toda buena obra. El mundo necesita hombres confiados en Cristo, no consumidos por el yo.
Paso a la acción: Acepta el reto de los 45 días
¿Listo para vivir estas características? Únete al Reto de 45 Días en FivestarMan.com. Es un viaje bíblico y práctico para despertar tu auténtica identidad en Cristo. Deshazte de la arrogancia, abraza la confianza y conviértete en el hombre que Dios creó para que fueras. Inscríbete hoy: tu legado comienza ahora.
Neil Kennedy es el fundador de FivestarMan, que inspira a los hombres a vivir audazmente para Cristo.