Amo a Dios. ¿Por qué estoy deprimido?

«Amo a Dios con todo mi corazón. Le he entregado mi vida y confío en Sus promesas. Entonces, ¿por qué sigo sintiendo el pesado peso de la depresión presionándome?». – Tom, Florida

Si alguna vez te has hecho esta pregunta, no estás solo. Incluso los más fieles entre nosotros -hombres de Dios a lo largo de la Escritura- se enfrentaron a épocas de desesperación. Sin embargo, la Biblia ofrece esperanza, no como un sueño lejano, sino como una realidad presente en la que podemos entrar hoy.

La depresión no significa que Dios te haya abandonado. No es señal de fe débil ni de castigo divino. El rey David, un hombre conforme al corazón de Dios, clamó «¿Por qué, alma mía, estás abatida? ¿Por qué tan turbada dentro de mí?» (Salmo 42:5). Elías, tras una poderosa victoria sobre los profetas de Baal, huyó atemorizado y rogó morir (1 Reyes 19:4). Jesús, asumiendo el peso de la humanidad, sintió la fuerza aplastante del dolor en Getsemaní (Mateo 26:38). Si estos gigantes de la fe lucharon con la oscuridad, no debería sorprendernos que nosotros también lo hagamos.

La verdad es que vivimos en un mundo caído. Nuestros cuerpos, mentes y espíritus están maltratados por el estrés, las pérdidas y las mentiras del enemigo. Pero Dios no nos deja ahí. Él promete, «El Señor está cerca de los quebrantados de corazón y salva a los abatidos de espíritu» (Salmo 34:18). Así que, si te preguntas por qué estás deprimido a pesar de amar a Dios, exploremos esto juntos y descubramos cómo elevarnos por encima de ello con gratitud y propósito.

La depresión no es tu identidad

En primer lugar, comprende que la depresión es una estación, no tu historia. El enemigo quiere que creas que te define, pero Dios dice que eres «hecho de forma maravillosa y admirable» (Salmo 139:14). (Salmo 139:14). David no se quedó abatido: convirtió su lamento en alabanza, declarando, «Pon tu esperanza en Dios, porque aún le alabaré, mi Salvador y mi Dios» (Salmo 42:11). Tus sentimientos pueden ser reales, pero no tienen la última palabra: la tiene Dios.

Dios trabaja a través del valle

En segundo lugar, Dios sale a nuestro encuentro en nuestros momentos más bajos. Cuando Elías se derrumbó bajo la retama, Dios no le regañó. Le envió un ángel con comida y descanso (1 Reyes 19:5-7). A veces, la depresión es una señal para bajar el ritmo y dejar que Dios nos restaure. «En verdes praderas me hace descansar, junto a aguas tranquilas me conduce, refresca mi alma». (Salmo 23:2-3). Tu lucha no es en vano: es donde más brilla la fuerza de Dios.

La gratitud cambia la batalla

En tercer lugar, la gratitud es un arma contra la desesperación. Pablo, encadenado en una prisión romana, escribió «Alegraos siempre en el Señor. Lo repetiré: Alegraos!» (Filipenses 4:4). No negó su dolor: reorientó su enfoque. La ciencia lo corrobora: la gratitud reconfigura nuestro cerebro y nos saca del pozo. Cuando siento que me invade la depresión, hago una lista de diez frases de gratitud, cosas por las que estoy agradecido: mi familia, la gracia de Dios, incluso el amanecer. Pruébalo. Es sencillo, pero funciona.

No estás solo

En cuarto lugar, el aislamiento alimenta la depresión, pero Dios nos diseñó para la comunidad. Elías pensaba que era el único fiel que quedaba, pero Dios reveló a otros 7.000 que no se habían inclinado ante Baal (1 Reyes 19:18). Acércate a un amigo, a un pastor o a un hermano en Cristo. «Dos son mejor que uno… Si alguno de ellos cae, uno puede ayudar al otro a levantarse». (Eclesiastés 4:9-10). No tienes que cargar con esto tú solo: el pueblo de Dios está contigo.

El propósito te empuja hacia delante

Por último, el propósito vence a la apatía. La depresión prospera cuando vamos a la deriva, pero Dios nos llama a la acción. Jesús soportó la cruz «por el gozo puesto delante de Él» (Hebreos 12:2). Cuando estoy deprimido, me pregunto : «¿Qué paso puedo dar hoy para gloria de Dios?». Puede ser servir a alguien u orar con valentía. El propósito no borra el dolor: le da sentido.

El Reto de 45 días: Transforma tu vida

Si estás preparado para liberarte de la depresión y ganar en la vida con gratitud, toma el Reto de 45 días en FivestarMan.com. Aquí tienes cinco pasos de acción para encender tu transformación:

  1. Empieza con gratitud – Dedica los primeros 5 minutos diarios a alabar a Dios. Toca una canción, lee un Salmo o grita Su bondad. La gratitud cambia tu enfoque de la desesperación a la esperanza.
  2. Mueve tu cuerpo – Camina, levanta o estira durante 20 minutos. Dios te dio un cuerpo para que lo administres: úsalo para agitar tu espíritu y sacudirte la niebla.
  3. Conecta con la comunidad: llama a un amigo o participa semanalmente en un grupo de hombres. Ofrecemos el FivestarMan Champions Livestream cada lunes por la noche. El aislamiento pierde su fuerza cuando te apoyas en la comunidad de Dios. También ofrecemos el Círculo de Campeonesuna comunidad exclusiva para socios de FivestarMan.com.
  4. Sirve con Propósito – Haz un acto de bondad al día. Ayudar a los demás te recuerda la fuerza y la misión que Dios te ha dado.
  5. Escribe en un diario tus victorias – Escribe tres cosas por las que estés agradecido cada noche. Las pequeñas victorias crean impulso: observa cómo crece la gratitud.

La depresión puede llamar a tu puerta, pero no tiene por qué quedarse. Tú amas a Dios, y Él te ama lo suficiente como para guiarte a través de este valle. Acepta el Desafío de 45 días en FivestarMan.com hoy mismo. En 45 días, estarás más alto, más fuerte y más agradecido que nunca. Ganemos juntos esta lucha.

Neil Kennedy es el fundador de FivestarMan, que capacita a los hombres para vivir con propósito, pasión y gratitud.