Termina lo que empiezas: El arte de la tenacidad
La vida es un maratón, no un sprint. Sin embargo, con demasiada frecuencia, empezamos con un estallido de entusiasmo que sólo nos hace desfallecer cuando el camino se pone difícil. Los sueños se desvanecen, los proyectos se estancan y las promesas permanecen incumplidas. Pero hay una fuerza divina dentro de ti -una tenacidad arraigada en la fe- que puede llevarte a la meta. La Biblia está llena de historias de hombres y mujeres que siguieron adelante, desafiando las probabilidades, para completar lo que Dios les había encomendado.
Nunca tendrás una vida excelente con un 80% de esfuerzo.
Hoy quiero inspirarte con cinco principios bíblicos para dominar el arte de la tenacidad y terminar lo que empiezas.
1. Empieza con el fin en mente
Proverbios 16:3 dice «Encomienda al Señor todo lo que hagas, y él establecerá tus planes». Antes de dar un solo paso, fija tus ojos en el premio. Nehemías reconstruyó las murallas de Jerusalén porque veía más allá de los escombros, hacia una ciudad restaurada. Cuando llegaron las distracciones -burlas, amenazas, agotamiento-, se mantuvo centrado. La tenacidad empieza con la visión.
La visión es el retrato que hay que perseguir. El propósito es la razón para perseguirlo. ¿Cuál es el «por qué» de tu objetivo? Anclalo en la voluntad de Dios, y deja que ese objetivo final te impulse hacia adelante, incluso cuando el medio se complique.
2. Acepta la rutina
Gálatas 6:9 exhorta, «No nos cansemos de hacer el bien, porque a su debido tiempo recogeremos la cosecha si no nos damos por vencidos». Pablo sabía que la perseverancia no es glamurosa: es arenosa. Noé no construyó el arca en un fin de semana; trabajó durante décadas mientras los escépticos se burlaban. La dureza pone a prueba tu carácter, pero es donde crece la fe. Cada golpe de martillo, cada pequeño paso, construye no sólo el resultado, sino el hombre en el que te estás convirtiendo.
No desprecies el proceso; acéptalo como un trabajo sagrado.
Si consideras que tu trabajo es meramente secular, no tendrá valor intrínseco. Sin embargo, si crees que tu trabajo tiene valor eterno, abrazarás la rutina para llevarlo a cabo.
3. Supera la tentación del renunciante
Jesús dijo en Lucas 9:62 «Nadie que ponga la mano en el arado y mire hacia atrás es apto para servir en el reino de Dios». La tentación de abandonar suele surgir cuando el progreso se ralentiza o aumenta el dolor. Elías huyó de Jezabel tras una victoria monumental, dispuesto a abandonar su vocación (1 Reyes 19). Pero Dios salió a su encuentro en su debilidad, le refrescó y le envió de vuelta para terminar la tarea. Cuando tengas ganas de rendirte, recurre a Dios. Él no sólo te anima: te equipa para seguir adelante.
4. Apóyate en la fuerza divina
Filipenses 1:6 promete, «El que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Cristo Jesús». No estás solo en esta carrera. Moisés sacó a Israel de Egipto, pero él no partió el Mar Rojo: lo hizo Dios. Tu tenacidad no tiene que ver con la fuerza de voluntad; tiene que ver con la entrega. Cuando tus fuerzas flaqueen, recurre a las Suyas. La oración no es un último recurso; es tu salvavidas. En el momento en que te sientas abrumado, haz una pausa y pide: «Señor, sácame adelante». Él lo hará.
5. Celebra la línea de meta
Eclesiastés 7:8 declara, «El final de un asunto es mejor que su principio, y la paciencia es mejor que la soberbia». Cruzar la línea de meta no tiene que ver sólo con la tarea, sino con el triunfo de la fidelidad. David no se detuvo al matar a Goliat; persiguió la llamada de Dios a la realeza durante años de pruebas. Cuando termines, ¡celébralo! No por arrogancia, sino por gratitud. Cada obra terminada es un testimonio de la gracia de Dios y de tu valor. Te llena de energía para la próxima carrera.
La tenacidad no es un don con el que algunos nacen, sino una elección forjada en el fuego de la disciplina y la fe. La Biblia no lo endulza: acabar es duro. Pero merece la pena. Piensa en el propio Jesús. No abandonó la cruz cuando el peso le aplastó. Siguió adelante, declarando «Consumado es». (Juan 19:30). Porque Él terminó, tú también puedes.
¿Qué has empezado que sigue sin hacerse? ¿Un sueño enterrado bajo la duda? ¿Una promesa paralizada por el miedo? Hoy, vuelve a encender esa chispa. El mundo necesita hombres que terminen, hombres que reflejen la firmeza de su Creador. No estás llamado a ser perfecto; estás llamado a ser perseverante.
Paso a la acción: Acepta el reto de los 45 días
¿Listo para dominar el arte de la tenacidad? Únete al Reto de 45 días en FivestarMan.com. Durante los próximos 45 días, comprométete a terminar una cosa que hayas empezado, grande o pequeña. Apóyate en estos principios, busca a Dios a diario y observa cómo te transforma en un hombre que corre su carrera hasta el final. Empieza hoy. Tu línea de meta te espera.
Neil Kennedy es el fundador de FivestarMan, un movimiento dedicado a inspirar a los hombres a vivir con propósito, fuerza y tenacidad.