La prueba del deseo es la persecución
El deseo es la chispa que enciende el corazón de un hombre, pero es la búsqueda lo que lo convierte en llama. La Biblia nos muestra que quienes desean de verdad las promesas de Dios no se limitan a desear: se mueven. La prueba del deseo es la persecución, y las Escrituras son ricas en ejemplos de hombres y mujeres que persiguieron su vocación con fe implacable. Desde el alcance de una mujer hemorrágica hasta la carga de un pastorcillo, sus historias nos enseñan cinco principios clave de la persecución que pueden transformar nuestras vidas hoy. No me digas que lo quieres si no avanzas hacia ello.
1. La persecución supera los obstáculos
La mujer con flujo de sangre de Marcos 5:25-34 tenía motivos para quedarse en casa. Durante doce años, sufrió, su cuerpo frágil, su esperanza maltratada por tratamientos fallidos. Sin embargo, cuando oyó hablar de Jesús, se abrió paso entre una multitud sofocante para tocar Su manto. Su búsqueda desafió el dolor, la vergüenza y el caos que la rodeaba. Ese único acto de tender la mano la curó, y Jesús declaró: «Hija, tu fe te ha salvado». Su deseo quedó demostrado por su voluntad de superar los obstáculos. Si quieres las promesas de Dios, debes atravesar las barreras, no esperar a que desaparezcan.
2. La persecución persiste a través de las pruebas
Eliseo, en 2 Reyes 2:1-14, ansiaba una doble ración de la unción de Elías. Cuando su mentor estaba a punto de ser llevado al cielo, Eliseo se enfrentó a una elección: quedarse cómodo o perseguir la llamada. Eligió la persecución y siguió a Elías de Gilgal a Betel, de Betel a Jericó y de Jericó al Jordán. En cada parada, Elías le puso a prueba, instándole a quedarse atrás, pero Eliseo se negó. Su persistencia demostró su deseo, y Dios le concedió el manto del poder profético. Perseverar significa mantener el rumbo, incluso cuando el viaje ponga a prueba tu determinación.
3. La búsqueda acerca a la presencia de Dios
Moisés era un pastor fugitivo; sus sueños de guiar a Israel se desvanecieron cuando vio una zarza ardiente en Éxodo 3:1-10. Podría haberlo ignorado, pero se apartó, acercándose a la Presencia de Dios. Aquel paso hacia el fuego lo cambió todo: Dios habló, llamándole para que liberara a Su pueblo. La búsqueda del encuentro divino por parte de Moisés le transformó de vagabundo en libertador. Tu deseo del propósito de Dios se demuestra cuando avanzas hacia Su voz, incluso cuando resulta incómodo o inesperado.
4. La persecución se enfrenta a los gigantes
David, un joven pastor, se enfrentó a Goliat cuando el ejército de Israel se acobardó en 1 Samuel 17:32-50. Mientras los demás retrocedían, David corrió hacia el gigante, armado con una honda y una fe inquebrantable. No esperó a que desapareciera la amenaza ni a que luchara otro. Su deseo de ver glorificado el nombre de Dios le impulsó hacia delante, y una sola piedra le dio la victoria. La persecución es audaz: se enfrenta a los gigantes de tu vida, ya sean el miedo, la duda o la oposición, con valor y acción.
5. La búsqueda te posiciona para la provisión
Rut, una moabita viuda, no tenía derecho a las promesas de Israel, pero buscó un futuro bajo el ala de Dios en Rut 3:1-13. En la era, pidió audazmente a Booz: «Extiende sobre mí la esquina de tu manto, ya que eres mi guardián-redentor». Su búsqueda fue deliberada, posicionándose para la redención. Booz honró su fe, y Rut pasó a formar parte del linaje de Cristo. Cuando avanzas hacia la provisión de Dios, te colocas donde Sus bendiciones pueden encontrarte.
Estos cinco principios -superar los obstáculos, persistir en la prueba, acercarse a la Presencia de Dios, enfrentarse a los gigantes y posicionarse para la provisión- revelan que el deseo sin búsqueda no es más que una ensoñación. Hebreos 11:6 dice que Dios «recompensa a los que le buscan con diligencia». La diligencia es la búsqueda en acción, la fe para seguir adelante cuando la multitud presiona, el viaje se alarga o el gigante ruge. La mujer alcanzó, Eliseo siguió, Moisés se acercó, David corrió, Rut pidió con valentía… y Dios salió al encuentro de todos ellos.
Como hombres, estamos llamados a liderar, proteger y amar con sacrificio, pero eso no ocurre por accidente. No te tropiezas con un matrimonio mejor, una carrera próspera o un camino más profundo con Dios. Lo persigues. El enemigo intentará anclar tus pies con el miedo o la comodidad, pero la Palabra de Dios exhorta: «Buscad y hallaréis; llamad y se os abrirá» (Mateo 7:7). Buscar y llamar son actos de persecución, y desbloquean las promesas de Dios.
Entonces, ¿cuál es tu siguiente paso? No dejes que tus deseos permanezcan encerrados en tu corazón, sin que la acción los demuestre. Demuestra tu deseo persiguiendo al hombre que Dios creó para que fueras: auténtico, decidido, caballeroso, aventurero y emprendedor. El Reto de 45 Días en FivestarMan.com es tu oportunidad para hacer precisamente eso. Durante 45 días, obtendrás pasos prácticos, sabiduría bíblica y una hermandad de hombres que persiguen el mismo objetivo. No se trata de perfección; se trata de movimiento.
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