¿Qué hace que un hombre sea un campeón?
¿Qué hace falta para convertirse en un campeón? ¿No un simple vencedor fugaz a los ojos del mundo, sino un hombre de propósito perdurable, forjado por la mano de Dios? La Biblia ofrece un plano para este viaje, y en su centro hay una palabra hebrea que desvela la esencia de la auténtica hombría: Iysh. Este término, a menudo traducido simplemente como «hombre», encierra una profundidad que resuena con las pasiones que Dios ha plantado en nuestro interior. Un Iysh no es una mera figura masculina: es un esposo, un guerrero, un líder, un hombre distinguido por su carácter y su vocación. Un Iysh es un varón masculino, opuesto a una mujer, no en oposición, sino en contraste. Al crear un campeón, Dios llama al Iysh a elevarse, a abrazar su designio divino y a perseguir una vida de significado eterno.
Como fundador de FivestarMan, llevo décadas explorando lo que significa vivir como un hombre auténtico. Las Escrituras revelan que Dios puso dentro de cada Iysh una profunda reserva de propósito, un manantial de cinco pasiones: un espíritu aventurero, un impulso emprendedor, unas relaciones galantes, un carácter fiel y una causa filantrópica. Estas pasiones no son extras opcionales: son el ADN de un campeón. La creación de un campeón es el proceso de alinear estos impulsos dados por Dios con Su plan eterno, transformando a un hombre corriente en un Iysh de extraordinario impacto.
Los cimientos del campeón: Un carácter fiel
El viaje comienza con los cimientos de un campeón: el carácter fiel. Proverbios 20:6 pregunta, «Muchos hombres proclaman su amor firme, pero ¿a quién puede encontrar un hombre fiel?». El hebreo Iysh implica aquí a un hombre íntegro, que se mantiene firme cuando soplan los vientos de la tentación. Considera a David, un pastorcillo convertido en rey. Antes de enfrentarse a Goliat, fue fiel en los lugares invisibles: cuidando ovejas, protegiéndolas de leones y osos (1 Samuel 17:34-36). Esa fidelidad en lo mundano le preparó para lo monumental.
Un Hombre Cinco Estrellas sabe que el carácter no se forja en el centro de atención, sino en las sombras. Es la elección diaria de honrar a Dios, de mantener tu palabra, de defender lo que es correcto. El Iysh que cultiva la fidelidad se convierte en un campeón no porque busque la gloria, sino porque refleja la gloria de Dios.
El Valor del Campeón: Un espíritu aventurero
Los campeones no rehuyen la lucha: corren hacia ella. El Iysh es un guerrero de corazón, dotado de un espíritu aventurero que se atreve a adentrarse en lo desconocido. Josué lo encarna. En Josué 1:9, Dios le ordena, «Sé fuerte y valiente. No temas ni desmayes, porque el Señor, tu Dios, está contigo dondequiera que vayas». El valor de Josué no era temerario: estaba arraigado en la presencia de Dios. Como Iysh, condujo a Israel a la Tierra Prometida, conquistando gigantes porque confiaba en el Matagigantes.
El espíritu aventurero del Hombre Cinco Estrellas no consiste en buscar la emoción por sí misma. Se trata de decir sí a la llamada de Dios, incluso cuando el camino es desconocido. Ya sea creando una empresa, enfrentándose a la injusticia o asumiendo el liderazgo, el campeón acepta el riesgo por rectitud.
La Visión del Campeón: Un impulso empresarial
Dios creó a la Iysh para construir, para crear, para administrar Su mundo con un impulso emprendedor. Génesis 2:15 dice: «El Señor Dios tomó al hombre y lo puso en el jardín del Edén para que lo trabajara y lo guardara». Al Iysh se le encomendó cultivar la abundancia de la tierra, un mandato que resuena en todos los campeones. Nehemías es un buen ejemplo. Vio los muros rotos de Jerusalén y no se desesperó: imaginó la restauración. Con agallas e ingenio, reunió a un pueblo y reconstruyó una ciudad (Nehemías 2:17-18).
En términos del Hombre Cinco Estrellas, este impulso emprendedor es la moneda de Dios que fluye a través de ti. No se trata de perseguir la riqueza, sino de desbloquear el propósito. El campeón ve los problemas como oportunidades, convirtiendo el caos en orden y su labor en legado.
El corazón del campeón: Relaciones galantes
No, Iysh se convierte en un campeón solo. La palabra hebrea alude a un hombre definido por sus vínculos: esposo, padre, amigo. Un campeón protege y eleva a los que le rodean. Fíjate en Jonatán, cuyo galante amor por David desafió los celos de su padre Saúl. 1 Samuel 18:1 dice, «El alma de Jonatán estaba unida al alma de David, y Jonatán le amaba como a su propia alma». Esa lealtad moldeó a David hasta convertirlo en el rey que llegó a ser.
Para el Hombre de las Cinco Estrellas, las relaciones galantes significan luchar por tu familia, ser mentor de la próxima generación y estar hombro con hombro con los hermanos en la fe. La fuerza de un campeón se multiplica por las vidas que levanta.
El propósito del campeón: una causa filantrópica
Por último, el Iysh está llamado a una causa mayor que él mismo. Eclesiastés 3:11 dice que Dios «ha puesto la eternidad en el corazón del hombre». La pasión filantrópica del campeón le impulsa a dejar una huella en la eternidad. Piensa en José, que se levantó de la esclavitud para salvar naciones (Génesis 45:7). Su vida no tenía que ver con el beneficio personal, sino con el plan redentor de Dios.
El Hombre Cinco Estrellas vive para causar impacto. Ya sea alimentando a los hambrientos, defendiendo a los débiles o compartiendo el Evangelio, el campeón derrama su vida por los demás. Ésta es la marca definitiva de un Iysh: un hombre que refleja el amor sacrificado de Cristo.
El fuego refinador: pruebas que forjan a un campeón
Ningún campeón surge sin pasar por la prueba. Santiago 1:2-4 promete, «Alegraos, hermanos míos, cuando os encontréis con pruebas de diversa índole, pues sabéis que la prueba de vuestra fe produce constancia». El Iysh no está exento de la lucha: es moldeado por ella. Job lo perdió todo y, sin embargo, declaró «Cuando me haya probado, saldré como el oro» (Job 23:10). El fuego purifica, revelando al campeón interior.
En FivestarMan, llamamos a esto el crisol de la conquista. Tu espíritu aventurero se templa con la adversidad, tu impulso emprendedor se afina con los reveses, tus relaciones se profundizan con el perdón. El Iysh que resiste se convierte en un campeón no a pesar de las pruebas, sino gracias a ellas.
La Corona Eterna: La recompensa de un campeón
La Escritura promete que la Iysh que corre bien la carrera recibe una corona imperecedera (1 Corintios 9:25). No se trata de un trofeo para el mantel, sino de la afirmación de una vida vivida para la gloria de Dios. Pablo, el campeón definitivo, escribió «He combatido el buen combate, he terminado la carrera, he guardado la fe» (2 Timoteo 4:7). Su legado no estaba en los elogios terrenales, sino en el impacto eterno.
El Hombre de las Cinco Estrellas no se conforma con aplausos fugaces. El Iysh persigue las cinco pasiones con la eternidad en mente, sabiendo que Dios mismo es el premio. La formación de un campeón es una búsqueda que dura toda la vida, pero que resuena más allá del tiempo.
Pasos para la acción: Acepta el reto de los 45 días
La Iysh que llevas dentro se está agitando. ¿Responderás a la llamada para convertirte en campeón? En FivestarMan.com hemos creado un Reto de 45 Días para despertar tus cinco pasiones y alinearlas con el propósito de Dios. He aquí cómo empezar:
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La creación de un campeón comienza con un solo paso. Acepta el reto hoy mismo en FivestarMan.com y deja que Dios forje el Iysh que te creó para ser: un hombre con propósito, un FivestarMan, un campeón para Su gloria.
Neil Kennedy es el fundador de FivestarMan, que equipa a los hombres para vivir con propósito y pasión bíblicos.