Cinco marcas bíblicas de un marido piadoso

Ser un marido piadoso es una elevada vocación arraigada en las Escrituras, en la que el amor, el sacrificio y la fidelidad reflejan la relación de Cristo con Su Iglesia. La Biblia ofrece una sabiduría intemporal para los hombres que buscan honrar a Dios en el matrimonio.

He aquí cinco puntos clave, cada uno de los cuales destaca un rasgo esencial de un marido piadoso, fundamentado en el contexto bíblico.

1. Un marido piadoso ama sacrificadamente

Efesios 5:25 ordena, «Maridos, amad a vuestras mujeres, como Cristo amó a la Iglesia y se entregó a sí mismo por ella». Un marido piadoso no se limita a sentir afecto, sino que entrega activamente sus deseos por el bien de su esposa. Igual que Jesús sacrificó Su vida, un marido sacrifica tiempo, orgullo o comodidad para cuidar su matrimonio.

Este tipo de amor sacrificado es liderazgo bíblico, que es liderazgo de servicio. Este amor no es condicional: persiste a pesar de los desafíos, reflejando el compromiso inquebrantable de Cristo.

2. Un marido piadoso dirige con humildad

En primer lugar, no confundas humildad con debilidad, cosa que a menudo hacen los hombres. La Escritura llama a los maridos a dirigir, pero no con arrogancia. En 1 Pedro 3:7, Pedro instruye a los maridos para que «vivid con vuestras mujeres de manera comprensiva, mostrando honor a la mujer como a vaso más frágil». Un hombre con fuerza no utiliza su poder para empujar a su mujer hacia abajo, sino para levantarla y protegerla.

Cuando un marido piadoso ejerce el liderazgo de siervo escuchando, comprendiendo y discerniendo las necesidades de su mujer, no sólo demuestra su fuerza, sino que le demuestra a ella que es dueño de su fuerza. Su autoridad refleja el liderazgo-siervo de Cristo, no la dominación, fomentando una asociación en la que ambos prosperan según el designio de Dios.

3. Un marido piadoso persigue la pureza

En Mateo 5:28, Jesús advierte: «Cualquiera que mira a una mujer con lujuria, ya ha cometido adulterio con ella en su corazón». Un marido piadoso guarda sus ojos y su corazón, honrando a su mujer con fidelidad de pensamiento y acción. Tus ojos son la puerta de tu corazón.

Como marido piadoso, quieres guardar tu corazón porque de él salen los asuntos de la vida. La resolución de Job-«He hecho un pacto con mis ojos» (Job 31:1)- establece una norma para que los hombres rechacen la tentación, garantizando que su devoción permanezca indivisa y su matrimonio sagrado.

4. Un marido piadoso reza y busca a Dios primero

Algunos hombres piensan que es responsabilidad de la mujer ser espiritual en el matrimonio. No es un concepto bíblico. Dios caminó con Adán antes de que tuviera esposa. En Mateo 6:33, Jesús enseña a «buscad primero el reino de Dios y su justicia».

Un marido piadoso da prioridad a su relación con Dios, sabiendo que la fuerza espiritual fluye hacia su matrimonio. Tanto si reza con su esposa como si lo hace por ella, ancla su unión en la fe. La declaración de Josué, «En cuanto a mí y a mi casa, serviremos al Señor» (Josué 24:15), ejemplifica este compromiso de conducir a su familia hacia Dios.

5. Un marido piadoso extiende la gracia y el perdón

Colosenses 3:19 exhorta: «Maridos, amad a vuestras mujeres y no seáis duros con ellas». Un marido piadoso refleja la gracia de Dios, ofreciendo perdón cuando es agraviado y paciencia en los conflictos. Al igual que Cristo perdona a la Iglesia, no alberga rencor, sino que busca la reconciliación. Esta dulzura fortalece el matrimonio, creando un hogar donde reinan el amor y la paz.

Recuerda que la delicadeza es la expresión de un caballero. Un caballero no es débil, ni se hace el simpático. Es un hombre fuerte que controla sus emociones.

Conclusión

La llamada a ser un marido piadoso es a la vez un privilegio y un reto, que requiere confiar diariamente en la fuerza de Dios. Amando con sacrificio, dirigiendo con humildad, persiguiendo la pureza, buscando a Dios y extendiendo la gracia, un marido honra a su esposa y glorifica a Dios. Estos principios bíblicos no prometen la perfección, sino que apuntan a un matrimonio lleno de propósito que refleje el Evangelio al mundo.

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